Cuentos que escribo sobre tu espalda
No imaginaba que ya de aquella ibas a ser el sujeto de cada frase.
En los cuentos las princesas se salvaban siempre; el papel perfecto para ti, los dragones no tenían nada que hacer. Creo que hasta se peleaban por tenerte.
Las torres no eran tan altas, ni los malos tan malos... lo recuerdo porque tu eclipsabas al resto del mundo con un simple verbo.
Si tuviera que definirte ahora mismo, ahora mismo sería siempre eterno, por eso prefiero utilizar contigo el modo pause y quedarme con las malas películas a medias. Las buenas siempre tienen el final que tu y yo proponemos.
Las fotos que guardo y que nunca has mirado solo reflejan sonrisas no forzadas, tan naturales como la palabra sonrisa; que es la que me pegas a los labios con cada uno de tus besos.
Un beso... beso... bonita palabra para sentir, para empezar todos los días de mi vida y acabar todas mis frases contigo.