Jurar no es un pecado

Aquí estás, en la yema de mis dedos. Donde descansan besos ocultos y caricias robadas.
Aquí estás por fin.
Largo recorrido el que me lleva de vuelta al deseo, el que me lleva de vuelta de todo. Si hubiera áreas de servicio en tu cuerpo, tu ombligo sería mi descanso preferido.
Debería dedicarte cada noche una canción diferente, no quiero ser solo el recuerdo de una noche de verano. Quiero ser todas tus mañanas y tus tardes, y si te pones tonta, quiero ser también el pensamiento que vaguea por tus tobillos.
Aquí estás, tan serena y relajada... Juraría que tus labios son los mismos de hace años; juraría que tus besos son los besos caducados que guardaba por si no volvía a besarte jamás.
Y te llevo aquí, donde el ojo no alcanza y los sentimientos llegan de sobra...
Tal vez sea que es navidad o que el frío me pela el espíritu que guarda secretos, pero antes de que vuelva a llover y todo esto se quede estancado, decirte que te llevo aquí...
En cada esquina de mi cuerpo, de mis adentros, de mis silencios...